martes, 8 de mayo de 2012

Capítulo seis.


Seis de la tarde.

<<Mierda, ya llego tarde>> piensa Violeta mientras aprieta el paso para llegar lo antes posible a la puerta del instituto.
Dobla una esquina, avanza 20 metros más y ve la figura de Rubén.
Está apoyado en la pared del instituto, va con unos cascos y tiene el ipod en la mano. Cuando la ve se quita la música y la espera con una sonrisa en los labios.

-Hola –dice él.

Se acerca y le da un suave beso en la mejilla a Violeta. Ella nota como el calor le sube. Se está poniendo roja. Mierda.

-Hola –contesta con toda la naturalidad de la que es capaz -¿A dónde vamos?

-Vamos a dar un paseo por el río –se da cuenta de que parece que lo está imponiendo y añade –Si quieres, claro.

-Vale –el río, que romántico…Uf.

-¿Cómo vas con Jose? Por lo que he visto en Tuenti estáis muy enamorados. ¿No?

Violeta pone los ojos en blanco. <<Ya ha salido con esas>> piensa molesta.

-Bien, supongo.

<<No debería haber dicho eso. Ahora pensará que estamos mal y aprovechará. Pero ¿de verdad estamos bien?>>

-¿Sí? Supongo que tiene que ser muy difícil estar así, lejos. Sin poder besaros…sin…

-¡Bueno vale ya! ¿Qué quieres Ruben? Sí, es difícil. Eso ya lo sabíamos cuando empezamos. ¿Por qué te interesa tanto mi vida? –dice cabreada.

<<!No me hace falta que me recuerde mi mierda de vida¡>>

-Porque…- Rubén duda. ¿Se lo confiesa ya? Apenas lleva diez minutos con ella ¿ya le va a decir lo que siente? De perdidos al río. Nunca mejor dicho. -¿Te lo digo o te lo demuestro?

Mierda, mierda, mierda. No, no, no. ¡Eso no!

-Dímelo –contesta. Nota como le van aumentando las pulsaciones.

Pero Rubén hace lo que le dicta el corazón. Se inclina sobre Violeta y sus labios se tocan. Por un momento ella se deja llevar pero… No pude. No es lo justo ni lo correcto.

Se aparta bruscamente y busca los ojos del chico.
-Rubén, no puedo. Estoy con Jose –se levanta- Ni puedo ni quiero hacer esto.

Rubén también se levanta. Cuando Violeta le mira a los ojos se queda sorprendida. Reflejan una tristeza tan profunda… No quería hacerle daño pero no le queda otra opción.

-Violeta, te quiero –sigue mirándola a los ojos, ahora con más intensidad, casi con fervor- Jose está lejos y yo estoy aquí. Se que te puedo hacer feliz –la coge de la cintura. Sus labios a apenas unos centímetros –Dame una oportunidad por favor, no te decepcionaré. 

De repente a Violeta se le cae el mundo encima. Está…dudando. No, no, no puede ser. Ella está bien con Jose… sufre pero las circunstancias esas y no las pueden cambiar.

Cierra los ojos, suspira. Y por fin se decide y contesta:

-No puedo. Lo siento- se aleja de él.

-Entiendo. Ya has elegido, mi tren pasó y se me escapó… -por un segundo pierde la mirada en el fondo de la avenida- Ahora me toca apartarme. Adiós Violeta.

-Pero…

Antes de que pueda decir nada más él se acerca y le da un suave beso en los labios. Corto, cálido y bonito…

-Recuerda que te quiero – le susurra al oído.

Se aleja caminando deprisa. Violeta está paralizada. Se vuelve a sentar en el banco y se queda un rato ausente. Son las 7. Coge el móvil y marca el número de Nerea. <<Esperemos que esté libre porque necesito hablarlo con alguien>>

Una hora antes en el umbral de la puerta de Nerea.

Suena el timbre. Nerea está dándole los últimos retoques de rimel a sus pestañas. Lo cierra y corre hacia la puerta. Antes de abrir respira hondo.

-Hola Enrique –que guapo es… solo mirarlo y se le revolucionan las hormonas- Un momento que coja el bolso.

-Hola. OK.

Salen de la casa. Nerea se dirige al centro y él la sigue. <<Ojala nos tomemos algo en una cafetería bonita y…>>

-Bueno y ¿Qué te pasa? –pregunta él sacándola de sus imaginaciones improbables. ¿O no son tan improbables?

-Pues… ayer murió mi abuelo y…-nota como se le humedecen los ojos. A la mierda el rimel. Debió suponerlo- Y yo…
-Chisss –la coge suavemente de la muñeca y la acerca a él. La abraza consolándola.

Ella intenta calmarse pero no puede. Sigue muy afectada y encima ahora se siente culpable. Su abuelo acaba de morir y ella pensando en que pase algo con Enrique. ¿Cómo puede ser tan insensible?
 Se calma un poco y mira a Enrique a los ojos. Él la mira con tristeza.

-Perdona –musita- te voy a calar con tanta lágrima- intenta sonreír pero le sale una especie de mueca.

-No digas tonterías. Me lo tenias que haber dicho antes, yo siempre estaré cuando me necesites.

Madre mía. Sabe que está mal pero... ¡se va a desmallar! Le mira a los ojos de nuevo. Poco a poco recupera la serenidad. Sonríe.

-Te quiero- le dice sin pensar.

Espera. ¿Qué le acaba de decir? <<Tierra trágame>>  

- O sea, que eres muy buen amigo y…

-Ya, ya. Te he entendido –dice él riéndose. Anda vamos al Sirvent.

-Vale –está muy nerviosa. No sabe por qué le ha dicho eso y ahora procura no hablar mucho. Mejor así que si no…

Cuando están sentados en la mesa esperando a que venga el camarero suena el móvil de Nerea. Es Violeta. ¿Qué le pasará? Había quedado con Rubén…Ups.

-Un momento – se levanta y se va al baño mientras coge el teléfono- ¿Qué pasa tía?

-Nerea… ¡no sabes lo que me ha pasado!

Cuando ha terminado de contarle, las chicas se despiden y quedan en que cuando Nerea termine la tarde con Enrique irá a casa de Violeta para quedarse a dormir y hablar.

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