Seis de la tarde.
<<Mierda, ya llego tarde>> piensa Violeta
mientras aprieta el paso para llegar lo antes posible a la puerta del
instituto.
Dobla una esquina, avanza 20 metros más y ve la
figura de Rubén.
Está apoyado en la pared del instituto, va con unos cascos y
tiene el ipod en la mano. Cuando la ve se quita la música y la espera con una
sonrisa en los labios.
-Hola –dice él.
Se acerca y le da un suave beso en la mejilla a Violeta.
Ella nota como el calor le sube. Se está poniendo roja. Mierda.
-Hola –contesta con toda la naturalidad de la que es capaz
-¿A dónde vamos?
-Vamos a dar un paseo por el río –se da cuenta de que parece
que lo está imponiendo y añade –Si quieres, claro.
-Vale –el río, que romántico…Uf.
-¿Cómo vas con Jose? Por lo que he visto en Tuenti estáis
muy enamorados. ¿No?
Violeta pone los ojos en blanco. <<Ya ha salido con
esas>> piensa molesta.
-Bien, supongo.
<<No debería haber dicho eso. Ahora pensará que
estamos mal y aprovechará. Pero ¿de verdad estamos bien?>>
-¿Sí? Supongo que tiene que ser muy difícil estar así,
lejos. Sin poder besaros…sin…
-¡Bueno vale ya! ¿Qué quieres Ruben? Sí, es difícil. Eso ya
lo sabíamos cuando empezamos. ¿Por qué te interesa tanto mi vida? –dice
cabreada.
<<!No me hace falta que me recuerde mi mierda de
vida¡>>
-Porque…- Rubén duda. ¿Se lo confiesa ya? Apenas lleva diez
minutos con ella ¿ya le va a decir lo que siente? De perdidos al río. Nunca
mejor dicho. -¿Te lo digo o te lo demuestro?
Mierda, mierda, mierda. No, no, no. ¡Eso no!
-Dímelo –contesta. Nota como le van aumentando las
pulsaciones.
Pero Rubén hace lo que le dicta el corazón. Se inclina sobre
Violeta y sus labios se tocan. Por un momento ella se deja llevar pero… No
pude. No es lo justo ni lo correcto.
Se aparta bruscamente y busca los ojos del chico.
-Rubén, no puedo. Estoy con Jose –se levanta- Ni puedo ni
quiero hacer esto.
Rubén también se levanta. Cuando Violeta le mira a los ojos
se queda sorprendida. Reflejan una tristeza tan profunda… No quería hacerle
daño pero no le queda otra opción.
-Violeta, te quiero –sigue mirándola a los ojos, ahora con
más intensidad, casi con fervor- Jose está lejos y yo estoy aquí. Se que te
puedo hacer feliz –la coge de la cintura. Sus labios a apenas unos centímetros
–Dame una oportunidad por favor, no te decepcionaré.
De repente a Violeta se le cae el mundo encima.
Está…dudando. No, no, no puede ser. Ella está bien con Jose… sufre pero las
circunstancias esas y no las pueden cambiar.
Cierra los ojos, suspira. Y por fin se decide y contesta:
-No puedo. Lo siento- se aleja de él.
-Entiendo. Ya has elegido, mi tren pasó y se me escapó… -por
un segundo pierde la mirada en el fondo de la avenida- Ahora me toca apartarme.
Adiós Violeta.
-Pero…
Antes de que pueda decir nada más él se acerca y le da un
suave beso en los labios. Corto, cálido y bonito…
-Recuerda que te quiero – le susurra al oído.
Se aleja caminando deprisa. Violeta está paralizada. Se
vuelve a sentar en el banco y se queda un rato ausente. Son las 7. Coge el móvil
y marca el número de Nerea. <<Esperemos que esté libre porque necesito
hablarlo con alguien>>
Una hora antes en el umbral de la puerta de Nerea.
Suena el timbre. Nerea está dándole los últimos retoques de
rimel a sus pestañas. Lo cierra y corre hacia la puerta. Antes de abrir respira
hondo.
-Hola Enrique –que guapo es… solo mirarlo y se le
revolucionan las hormonas- Un momento que coja el bolso.
-Hola. OK.
Salen de la casa. Nerea se dirige al centro y él la sigue.
<<Ojala nos tomemos algo en una cafetería bonita y…>>
-Bueno y ¿Qué te pasa? –pregunta él sacándola de sus
imaginaciones improbables. ¿O no son tan improbables?
-Pues… ayer murió mi abuelo y…-nota como se le humedecen los
ojos. A la mierda el rimel. Debió suponerlo- Y yo…
-Chisss –la coge suavemente de la muñeca y la acerca a él.
La abraza consolándola.
Ella intenta calmarse pero no puede. Sigue muy afectada y
encima ahora se siente culpable. Su abuelo acaba de morir y ella pensando en
que pase algo con Enrique. ¿Cómo puede ser tan insensible?
Se calma un poco y
mira a Enrique a los ojos. Él la mira con tristeza.
-Perdona –musita- te voy a calar con tanta lágrima- intenta sonreír
pero le sale una especie de mueca.
-No digas tonterías. Me lo tenias que haber dicho antes, yo
siempre estaré cuando me necesites.
Madre mía. Sabe que está mal pero... ¡se va a desmallar! Le
mira a los ojos de nuevo. Poco a poco recupera la serenidad. Sonríe.
-Te quiero- le dice sin pensar.
Espera. ¿Qué le acaba de decir? <<Tierra
trágame>>
- O sea, que eres muy buen amigo y…
-Ya, ya. Te he entendido –dice él riéndose. Anda vamos al
Sirvent.
-Vale –está muy nerviosa. No sabe por qué le ha dicho eso y
ahora procura no hablar mucho. Mejor así que si no…
Cuando están sentados en la mesa esperando a que venga el
camarero suena el móvil de Nerea. Es Violeta. ¿Qué le pasará? Había quedado con
Rubén…Ups.
-Un momento – se levanta y se va al baño mientras coge el teléfono-
¿Qué pasa tía?
-Nerea… ¡no sabes lo que me ha pasado!
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